Más 1 chico que deje de trabajar y vuelva a la escuela en cada calle de cada ciudad del mundo.
Más 1 mujer que se salve de perecer a manos de su pareja, padre o hermano en cada casa de cada aldea.
Más 1 genocida o torturador de cada grupo de cada banda de cada dictadura que vaya a proceso y reciba condena.
Más 1 país de cada continente que derogue para siempre la pena de muerte.
Más 1 xenófobo y 1 homófobo de cada barrio de cada pueblo que cambien su mirada respecto de cada persona diferente.
Más 1 hombre que deje de dormir a la intemperie en cada calle del globo.
Más 1 millón de bebés que se resten a la muerte por desnutrición o enfermedades prevenibles.
Más 1 millón de personas que sean rescatadas de la franja de riesgo seguro e inminente de contagio de sida.
Más 1 trillón de dólares que se transfieran de la producción de armamentos a la producción de alimentos.
Más 1 gerente de cada compañía que se las ingenie para reducir costos sin destruir empleo.
Más 1 oficiante de cada templo de cada culto de cada creencia que se ocupe de congregar a sus creyentes en el rezo, y se abstenga de hurgar dentro de sus alcobas y de predicar sobre cuestiones del mundo laico.
Más 1 estudiante de cada curso de cada carrera que ponga su culo en la silla y su cabeza en el libro y escriba como pueda su monografía, sin hurtarla de internet.
Más 1 profesor de cada curso de cada carrera que ponga su culo en la silla y su cabeza en los trabajos escritos de sus estudiantes, y los revise uno por uno.
Más 1 dependiente de cada tienda de cada ciudad que le diga buenos días a cada cliente.
Más 1 empleado de cada oficina pública que mire a los ojos de cada usuario quejoso y desorientado y le haga sentir que su asunto es tomado en serio.
Más uno. Usted, tú, vos, yo, él. Uno.
Más uno, que puede jugar un minuto de cada día de cada semana del año algún rol, en su microcosmos, a favor de que todos estos 1s se multipliquen.
Más uno, que en la medida que esté a su alcance asumirá la decisión de rebelarse cuando deba, la insolencia de mofarse cuando cuadre o el coraje de llorar a gritos cuando duela.
Más uno, que en ese monto que varía de un minuto en el día a un día en el año, escuchará a otro con humildad, paciencia y respeto.
Más uno, que no dejará escapar la oportunidad de jugarse el alma entera, ya sea para enamorarse, para mandar a la mierda a quien lo merezca o para proteger la honra de un indefenso.
Más uno, que puede agregar a su antojo una línea a esta lista y sentir, con eso, que está sumando 1 a millones de 1s.
Más uno, que puede dar un abrazo por día, a cada uno al que quiera, en cada rincón de este mundo arduo, banal e injusto, pero lleno de millones de increíbles senderos que se cuentan y se caminan de a 1.
Con uno, 2008 podría ser mucho más que 2007+1.
A todos mis uno, un abrazo, el primero de 2008 abrazos.
Eddie Abramovich
Palermo, Buenos Aires, ocaso de 2007
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